La taza, vacía, con un rastro marrón; el vasito, el plato, también vacíos. Migas sobre la mesa, un sobrecito de azúcar intacto, una cucharita. Un libro abierto, Dashiell Hammett en la colección «Club del misterio», de Bruguera. En el aire, cool jazz. Apenas una conversación inaudible, dos señoras cuatro mesas más allá, y nada más. Estoy solo en este mundo, que puede ser mío, y lo será al menos otra media hora. Es un mundo que desaparecerá cuando me vaya, es un mundo destinado a morir. Pero es mi mundo, y una parte de mí desaparecerá con él.
Comentarios
muy cierto, a veces, también.
sobre el otro post, Ojos de ciudad... no sé, es uno de esos que me causan incógnita, que no sé muy bien que pensar, ni que poner...
Por cierto, "Ojos de ciudad" es hoy en día una canción muy bonita del repertorio de Juan Solo, una canción con piano y acordes raros que sólo sabe tocar la co-autora...