Manoteando
Lo que espero siempre es que las ideas vengan solas. Pero siempre, ¿eh? No soy capaz de ir a buscarlas. No sé dónde se esconden, las muy turras, ni cómo fabricarlas por mí mismo. Por ahí veo venir alguna, de repente, y estiro la mano para alcanzarla, para frenarla como a un bondi. Las ideas pasan, yo me quedo en la parada. Manoteando. Nunca fui nada porque siempre creí que se necesitaban ideas para emprender cualquier cosa. En mi caso, la falta de ideas se funde con la de criterio, capacidad de análisis, claridad mental y tantas otras cosas que orgullosamente me identifican. Tantas otras faltas. Entonces, emprendo una vez más –y ya perdí la cuenta, si es que alguna vez la llevé– la carga contra este cuadradito blanco que Blogger me ofrece, el mezquino Blogger que, teniendo a su disposición la enorme nada de la world wide web , me ofrece esto. Cuadradito de mierda. Esto no es frustración. Esto, como yo, no es nada. Es sólo lo que me sale. Soy lo que me sale. Soy.