De tarde

Hay algo en el aire que me nubla la vista. El aire. Me nubla la vista. Canto para mis adentros (tengo muchos) una canción que no existe aún, de Victoria Mil, y me siento felizmente desencajado, incorpóreo, deslenguado, sordo. Amortiguado. Amortajado. Amoral, una especie de pescado que vive fuera del agua y tiene terror a las pescaderías. Uno al que no le gustan los anzuelos. No me gustan los anzuelos. Ni los nudos corredizos.

Comentarios

Anónimo dijo…
me quede como con un sensación de interminitud (andá a descifrar que quiere decir esa palabra), que es raro que surja de leer algo tuyo. Pero eso que pusiste de tus mucho adentros... sublime.

beso
Anónimo dijo…
Gracias, Gerund, por resaltar algo en ese marasmo.
La interminitud no fue tal, así que, ¡bienvenida esa sensación!

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