Ricardo

Esa mañana buscó mecánicamente el revolver en el último cajón del escritorio, lo cargó y lo guardó en el bolsillo derecho del saco mientras preparaba café. Fue precisamente la Volturno haciendo gárgaras calientes lo que lo despertó, lo que hizo que notara de repente ese peso en el bolsillo, pero se sintió tan cansado que dejó todo como estaba. Ricardo arrastraba tras de sí un cansancio de siglos.
En la recepción de la primera empresa que visitó se repitió la misma escena de todas las mañanas de su vida.
-Buenos días, tengo una cita con el Ingeniero Nollmann -se anunció Ricardo.
-Cómo no, ¿su nombre? -preguntó jovialmente la secretaria.
-Tapia. Ricardo Tapia.
-¿Como Robin? -dijo la chica con una sonrisa.
-Exacto -dijo Ricardo. Y le descerrajó un tiro en la frente.

Comentarios

Anónimo dijo…
"muy bueno
muy bueno-muy bueno"

(cita textual de mi reacción al terminar de leer esta breve joya... -otra que jardín! Tiffany's!-)

ps, muy lindo también eso de que hoy los cuervos caen como truenos...
Anónimo dijo…
Je. Gracias.
Lo de los cuervos lo tomé de una canción del Zombienauta, así que para él es el crédito.
Anónimo dijo…
está mal si cada vez que alguien usa la palabra descerrajar me acuerdo de salinger y su dia perfecto para el pez banana? señor juan me gusta lo escrito.
Anónimo dijo…
Está bien lo de Salinger, Tess. Yo no me acuerdo mucho del cuento y no logro trazar la relación que usted encuentra, pero siempre es bueno que algo del magistral Nueve cuentos se cuele entre mis balbuceos...
Le agradezco la visita y la/lo invito a volver.
(A mí su nombre me hace pensar en Tess Trueheart, la de Spirit.)

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