Sobre las caídas

Los pocos que quedamos sabemos de nuestra fragilidad, del carácter inestable de nuestras extremidades, sean éstas ocho patas de araña o cinco de gato. Siempre caemos. El más mínimo desnivel, cualquier baldosa levantada en la vereda, alcanzan para hacernos tropezar y caer sonoramente de culo o, en el mejor de los casos, trastabillar unos metros para, finalmente, recuperar el equilibrio como un triunfo y seguir caminando.

Comentarios

Anónimo dijo…
Lo importante es que siempre se levanta mi'jo!!!

Y sino puede avise que le tendemos una mano ;)

Abrazo
Anónimo dijo…
Gracias, Romau. Parece buena gente, al final, usté.
Anónimo dijo…
Al final si, al principio por lo general parezco bueno, pero no gente...

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