Formas de sobrevivir
Uno de mis últimos textos publicados acá se llamó "Por favor, perdónenme". Lo escribí en la redacción del diario, tras 12 horas de trabajo, con cigarrillos y café y letras como una forma de sobrevivir.
La realidad (llamémosla "mi realidad") es muy distinta hoy. Se acabaron mis horas en el diario, casi al mismo tiempo que di fin a mis días de empleado administrativo en la fábrica. Apenas me quedó la música como divertimento y las letras, claro, para mantenerme a flote. Aún así, no escribí más. Por eso la alusión del principio: llego acá pidiendo perdón. Lo que entonces fue incongruencia, hoy es la más rabiosa inconstancia. Y ni ustedes ni yo merecemos eso.
Pero cuando tomé la decisión –o ella me tomó a mí– de quemar las naves en pos de esto, persiguiendo el sueño de escribir, dejando un trabajo estable y seguro y unos días de repeticiones monótonas y tibias, no me di cuenta de lo que había detrás. Dejé de ser quien era, quien siempre fui, para intentar ser quien quise ser desde el principio. Y es difícil, porque estoy desnudo y tengo demasiado frío. Mis dedos agarrotados no escriben bien y los juicios a los que me someto son severísimos. Soy mi juez y no conozco la piedad.
En estos días alguna gente se acercó y me dio aliento. José me llenó de orgullo por unos segundos y otra gente me hizo sentir que confiaba en mí y me esperaba. Sí, alguien me esperaba en algún lado y, más que nada, esperaba algo de mí.
Tengo que escribir y acá estoy.
Comentarios
Creo que diste el más importante. El resto del tiempo, sólo hay que cuidar que la mano no se enfrie y la mente esté despierta...
Besotes y suerte :-)
Carver dice que por eso se dedicó a escribir cuentos: no tenía tiempo para escribir novelas.
Se alimentaban de la vida misma con sus avatares y alegrías. Con sus desgracias y sinuosidades...
Enhorabuena, escribes, enhorabuena estás aquí.
Y te diría que me parece el mejor momento para elegir de qué forma abrigarte si tenés frío.
Cuando estamos así, desnudos, tan frágiles y vulnerables, y nuestra alma queda al descubierto, debemos dejar a la esencia misma hacerse cargo de nosotros, porque en fin, es lo que somos, dejemos que fluya nuestro Ser por dentro y por fuera.
Para recordar: Las decisiones no nos toman, sino todo lo contrario.
Todo es cuestión de elecciones Juan, no desesperes, elegí.
Un abrazo, profundo, tibio y sereno.
PD: Se te extrañó por aquí..
Y quédese tranquilo que escribiendo le va a ir muy bien (yo ya se lo he dicho).
Abrazos,