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Mostrando las entradas de agosto, 2007

La importancia de llamarse Juan Solo (o Por qué odio a los raperos)

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Delicias del Messenger. Manu: eres juan solo? Juan Solo: sí, ¿por qué? M: pero el rapero? JS: ¿qué crees? M: k si M: weno el de solo los solo M: m refiero JS: ¿y por qué crees que soy él, que él es yo? M: xk man dao tu msn y man dixo k eras tu JS: bueno... no sé qué decirte M: illo M: aber M: eres del grupo solo los solo? JS: ¿qué ganarías si fuera yo? M: joe [ N. del E.: Léase "joder". Esta parte es deliciosa.] M: molaria M: soy d kadiz JS: y por qué molaría? M: xk m gustaria konocer a juan solo M: xk m gusta su musika JS: ¿eres fan de juan solo? M: si M: aber para ver si m mientes dime el ultimo disko d solo los solo [N. del E.: Aquí dejé pasar unos minutos, ocupado como estaba en otra cosa.] M: illo eres un M: patetiko M: cf M: de la vida M: man dao koba M: n eres el de solo los solo ni de koña M: eres un ridikulo k se kree filosofo o algo d eso M: k t follen puto gay JS: ja The following message could not be delivered to all recipients: ja

La vieja Devoto

Me acuerdo perfectamente del último día en que entramos a la casa de la vieja Devoto. Tuvo que ser un sábado y debían ser las tres de la tarde. Andrés, con esa prudencia de la que tanto nos burlábamos entonces, prefirió quedarse en la vereda. Guido y yo fuimos quienes sorteamos el alambre vencido y nos internamos en la espesura de ese jardín selvático, de esa nada verde y húmeda. Guido y yo, los héroes de la jornada. Recorrimos el borroso camino de baldosas que conducía a la galería en ruinas y tuvimos que evitar el deseo de golpear la puerta, esa puerta prohibida. Doblamos a la derecha, siempre junto a la pared y caminamos bajo la sombra intermitente del alero, de los paraísos y esos ligustros, salvajes y endemoniados, tan grandes como nunca volví a ver. Pasamos por lo que debió haber sido un jardín de invierno y evitamos mirar la ventana del piso superior, aquella por la que alguna vez se había asomado la vieja para gritarnos algo que olvidé casi inmediatamente, pero sonaba –eso sí l...