Soy mi primer detractor, lo supe siempre, y ahora, con los ceros arremolinándose a mi alrededor, pienso que tal vez hubiese sido mejor no apresurarme. "Deme algo que borre, que me borre, que nos borre a todos y haga desaparecer todos esos ceros, esas ausencias, esos agujeros invisibles" dije, casi gritando, al dependiente quien, sin dudar, me sugirió "Lleve de éstos, señor. Importados. Son los mejores", al tiempo que alargaba sobre el mostrador el paquetito cónico verde. Lo tomé sin vacilación, olvidé pagarle y me dirigí a casa, sin atreverme en todo el camino a mirar el bulto que llevaba apretado contra mi pecho. "Es frío", pensé, "y no pesa casi nada". Ojalá hubiera pasado algo que me detuviera, cuánto quisiera que alguien me hubiese frenado. Abrí el paquete, destrozando el papel de estraza. "Papel ordinario", atiné a pensar, aún en medio de mi frenesí. La revelación del contenido no pudo turbarme más. Los ceros me rodean ahora y, tra...