Mis ojos duelen. Enfrentarse con la realidad no fue bueno, ni malo, a duras penas fue, y recién ahora estoy haciéndome a la idea. Asumiendo. Acariciando. Perdiendo.
Lo demás quedará, todo quedará acá, en mi bolsillo izquierdo, el de la tristeza atrapada, un carilina y algunas monedas, hasta que decida lo contrario. Hasta que yo decida. Con lo difícil que está últimamente. Y no es que me importe, pero hay ciertas cosas que son, sencillamente, inevitables. Como ésta.
Mis ojos duelen. Y no por llorar.
1 comentario:
Yo creo que:
La realidad, duele.
Guardar la tristeza, lastima.
La libertad, fortalece el alma, y comienza cuando podemos elegir que camino queremos seguir.
La libertad es cuestion de elecciones, sentirse bien, tambien.
Todo se supera.
Hay que conocerce, amarse, protegerse y disfrutarse.
Un gran abrazo.-
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