24.2.09

Abisal

An se fue de viaje y ando solo por la casa, rebotando entre paredes, sin hablar con nadie y evitando mirar por las ventanas. La calle está abajo, pero eso no importa. El sol lastima y la leve corriente de aire no me despeina.
Pensaba trabajar mucho, hacer —como otras veces— de esta casa mi gabinete de corrección, mi oficina, mi atestada redacción unipersonal, mi taller de relojería. Pero no. No tengo tanto por hacer, y liquido en 5 minutos cada cosa que me cae.
También quería dibujar, cantar, componer, grabar y ver amigos postergados en mi tiempo libre. Y nada. "Quise tantas cosas, quise y no conseguí ninguna, tal vez por quererlas todas o por no intentar con una", como cito más arriba. (El problema es que no me conforma pensar "Por lo menos hice algunos planes". Mis planes nunca llegaron a ser tales.)
No estoy mal, para nada, pero me falta fuego interior. Tengo frío en el pecho y los ojos no me sirven. Ando como un pez abisal, arrastrando mi barriga contra la arena helada del fondo del mar ártico, impulsándome con aletas diminutas y deformes y soportando sobre el lomo el peso de no sé cuántas toneladas de litros de agua salada. Hay algo que no deja de ser cierto, y es que tengo unas "antenas" luminosas de lo más simpáticas. Decí que, como soy casi ciego y por estas profundidades no anda nadie, bueno, no se lucen demasiado. Pero están ahí. 

N. del A.: El otro día entré a mi "escritorio" de Blogger tras mucho tiempo y me sorprendió —me emocionó casi— descubrir que este humilde blog tiene seguidores. Una es gerund, que es una gran amiga que nunca dejó de estar cerca, y de quien ya ningún gesto cálido debería sorprenderme. Los otros son la querida Vontrier, a quien no conozco pero por algún motivo me interesa y le intereso, y el enorme Fender, a quien conozco apenitas pero sé que está hecho con un montón de partes nobles. Sépanlo, esta entrada —y las que vendrán en cuanto entre en calor y me noquee de una vez por todas— les pertenecen. No es demagogia: ustedes tres me dieron el empujón que les agradezco tantísimo.

6 comentarios:

Fender dijo...

Siempre es bueno leerlo. Alguna vez leí que las antenitas luminosas sirven para comer, una especie de "llamador" de mariposas nocturnas submarinas.

gerund dijo...

"Siempre me pareció una persona de una gran curiosidad y de un raro talento para descubrir pasajes secretos entre las cosas, como si tuviera antenas, un detector de correspondencias que a la mayor parte de los mortales nos pasaban desapercibidas".

Goytisolo sobre Cortázar :)

Fodor Lobson dijo...

parece que por acá sí que germinó. Me gustó el relato, Don Solo.

Juan Solo dijo...

Fender: Puede que esté en lo cierto. Tan mal no me ha ido con estas antenitas...

Gerund: No exagere, vamos, que está hablando de don Julio Cortázar y Juan (Goyti)solo. Igual le agradezco, de más está decirlo: usted siempre tiene la/s palabra/s justa/s.

Fodor: ¡Pues gracias! Yo tenía algo de fe; ahora, espero que me dure el envión.

Anónimo dijo...

Que lindo post! Pero no evites las ventanas...

Yo tengo la suerte de conocer al amigo Fender y a la amiga Vontrier y la verdad, es mas que suerte, es un placer.

saludos!

Vontrier dijo...

Solo!
Recién veo esto y mire la hora que es!
Qué decirle... Pongase a escribir, hombre. PONGASE A ESCRIBIR.

Salute.