11.6.08

Impromptu

En este momento tan especial, el Jardín vuelve a parecerse a lo que fue en sus comienzos: un lugar inhóspito y descuidado; interesante (digo yo), pero abandonado. Le falta ímpetu y nada indica que vaya a levantarse, a desperezarse, a sacudirse. Nada.
Una vez más, escribo nada para nadie. El lector se desvaneció.
Sin embargo, ella me pincha; habla de mí ante los demás y después me dice que "la intención fue (...) hacerte escribir. Fue una mezcla de provocación y reconocimiento a ese blog tan bonito que tenés. Así que ponete media pila y escribí". Y, aunque sabe que no puedo, que no me sale nada, que perdí la fe, me empuja. Me desafía. Los dos sabemos que los desafíos me importan muy poco, pero yo recuerdo esa nochecita en que hablábamos de Castillo y de Girondo y después, impunemente, de nosotros, y no puedo hacer otra cosa que escribir.
Una vez me envió un mail en el que me aseguraba, entre muchas otras cosas que tampoco creo, que yo podría ser el Cortázar de mi generación. Dios santo.
¿Qué puedo hacer? Primero, agradecerle, por eso y por todo. Después escribir. Siempre escribir.

5 comentarios:

gerund dijo...

¡Girondo! ¡Castillo! ¡Cortázar! Qué desubicada!

Cassandra Cross dijo...

Ah, no sea desagradecido con esas personas que están ahí para recordarle su talento.
Hoy tal vez no sale. Mañana, cuando vuelva a nacer... NO lo abandone, nunca más.

Saludos!

Zombienauta dijo...

Sos mi Cortazar, y podes ser el de una generación entera, Juan. Yo quiero ser tu Traveller. Abrazo grande Amigo!!

Ciudadano B dijo...

Hoy entré por primera vez a tu blog y me gustó.

No puedes dejarlo, tío. Hay otro en España que te lee... actualiza... ¡ACTUALIZA!

Y mucho ánimo...

Si continuas y me engancho... te linkearé en mi blog.

Juan Solo dijo...

Gerund: La verdad, un desastre.

Cassandra: Habría que ver de qué hablamos cuando hablamos de talento... Igual no soy desagradecido, mire: ¡gracias!

Zombienauta: ¡Qué mentiroso!

Álvaro: ¡Bienvenido! Y no se preocupe, que no voy a dejarlo. Estas intermitencias forman parte de mi vida cotidiana, nada más. Vuelva cuando quiera, que acá estaremos.