1.8.06

Viajando con Satán

"Este no es" dijo la señora, dejando caer el boleto de tren que acababa de levantar del suelo; "yo saqué boleto, Satanás, devolvemelo", suplicó. La súplica se volvió luego grito, orden, amenaza; la vieja vociferó mientras caminaba hacia el fondo del vagón, siempre repitiendo la misma cantilena: "Satanás, devolvemelo".
No quiero imaginarme los problemas que habrá tenido con el guarda. No debe ser fácil viajar con Satán. Menos en el Sarmiento.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

bien!
te requeterecontra envidio!

Anónimo dijo...

¿Por qué, M.?

Anónimo dijo...

...porque esta bueno, quizás?..
seh, seguro, debe ser por eso!!!



zapallo!!!

Anónimo dijo...

Ah... Pensé que envidiabas viajar en el Sarmiento a las 7 y media de la mañana junto a tan distinguidas personalidades, je.

Anónimo dijo...

eso también.

Anónimo dijo...

eso también.

Anónimo dijo...

Es increible, igual, nada del otro mundo, me estas hablando del Sarmiento, que ahí si en algún viaje no te sucede absolutamente nada bizarro (como esto), es de pura casualidad... y yo tengo bocha para contar de las pocas veces que lo he tomado, jaja.
Con respecto al anterior upload, el que tiene olor a papas fritas existe. Es el Veritas Familiar de color amarillo (y yo le siento ese olor, horrible) y en mi barrio (no tan lejano del tuyo, que si mal no recuerdo... ¿vivis en Caballito, no?), y obviamente, se consigue. Oh casualidad, en el Plaza Vea (yo lo conseguía en el que está al lado de un mcdonald's en el que tanto he trabajado, jajajja).

Un beso.